Las limitaciones a las que me vi obligada, debido al confinamiento por la pandemia, me impulsaron a explorar una imagen distinta.
Comencé a indagar en una representación que se acercase a la de los negativos fotográficos, fuera de foco, brumosos y granulados, que me permitiera generar escenarios que diesen cuenta de algo tras un velo, del reverso de una imagen, de cierta interioridad.
Busqué reflejar esa necesidad de ver las cosas desde el otro lado, propiciada por un tiempo aparentemente detenido o en suspenso. La restricción cromática y el uso de una paleta más cerrada me permitieron evocar un afuera incierto y oscuro.
La obra se transformó en una invitación a apreciar otros aspectos, a pesquisar en el dorso, a mirar desde el interior y extrapolar las nieblas de adentro hacia afuera.
