exhibiciones

MAC

Junio 2023

MAPA

Marzo 2023

Crepúsculo

MIRANDA BOSCH
Noviembre 2022 – Febrero 2023
Curaduría: María Carolina Baulo

texto curatorial

por María Carolina Baulo

Empezar a caminar hacia lo incierto, avanzar hacia las entrañas del bosque desconociendo el terreno que pisamos, acompañados por una naturaleza que atrae y seduce por su belleza, colorido y magnificencia, genera sentimientos encontrados, emociones primitivas que se ponen en debate cuando la tentación por acceder a aquello que no podemos gobernar y la necesidad de aplacar la curiosidad, se nivelan. Y si este relato de bosques misteriosos va acompañado de la textura visual que ofrece la hora crepuscular, cuando despierta un submundo que parece no existir bajo el rayo del sol, cuando conviven en ese breve pasaje de tiempo los seres diurnos con aquellos que se mueven entre las sombras, cuando el universo despliega su paleta cromática completa en el pasaje de la luz a la oscuridad, entonces todo el relato se tiñe de un encanto mágico.
 
Crepúsculo es el nombre de la instalación especialmente diseñada para desplegarse en las salas del primer piso de la galería Miranda Bosch. Un trabajo de la artista plástica Mariana Allievi, que combina pinturas de formato grande con tejidos producidos a partir de la materialidad misma de telas resignificadas, convertidas en “hilos y lanas” que permiten generar bordados en el espacio, costuras entre plenos de pintura y la flexibilidad de los entramados de las enormes redes que invitan al espectador a acercarse a ellas e intentar transitarlas. Alguna vez dije -y me auto  parafraseo- que la obra de Mariana Allievi atrae por la utilización de múltiples estímulos sensibles que atrapan a la mirada entre formas orgánicas, voluptuosas, circulares, donde la materialidad emerge y se reproduce como un volcán de colores vibrantes en constante ebullición. La pintura lo ocupa todo expresándose a sus anchas con toques propios del arte moderno, donde la atención se focaliza en la supremacía del discurso plástico como tema en sí mismo. Sin embargo, en esta instalación, la artista no solo reflexiona sobre la materia sino que el discurso conceptual toma la posta. El lenguaje pictórico le permite a Mariana Allievi indagar en formas de presentación de sus pinturas que exceden el soporte bidimensional y se vuelcan en el espacio. Es la pintura  el referente y el punto de partida siempre; es la pintura la que le da cobijo y le ofrece consuelo y es la pintura la que le brinda el empuje necesario para avanzar por esos caminos misteriosos sabiendo que, con ella cerca, no hay porqué tener miedo.
 
Crepúsculo se desarrolla en ese intersticio donde las tentaciones y los miedos se tocan, así como el día y la noche. Es un trabajo donde la artista hace material una emocionalidad que se ve representada especularmente en la obra aunque con otro lenguaje que no es posible descifrar en su totalidad, aunque se intuye y desde ahí podemos aventurar las interpretaciones. Es esta una obra que la desafía a ella como artista pero ante todo como persona porque la obliga a atravesar ese follaje de colores levemente cálidos que se van atenuando a medida que se avanza, haciéndose más densos, más oscuros y más silenciosos acorde se acerca a su  esencia. Y en ese punto profundo, la negrura de la noche tras el crepúsculo, estalla de luminosidad; allí todo se gesta para quien le da tiempo, desde allí todo emerge, todo nace. Crepúsculo pone de manifiesto ese transmutar, ese paso que lleva de un lado al otro del portal y donde la única certeza con la que Mariana Allievi cuenta, es con que su pintura, sea lo que sea que vaya a recibirla del otro lado, la estará protegiendo, siempre.

Artilugio

UNA OBRA UN ARTISTA
Agosto – Septiembre 2022
Curaduría: María Carolina Baulo

texto curatorial

por María Carolina Baulo

Muchas veces manifesté que el arte es la madre de todas las mentiras: somos engañados sistemáticamente y nos dejamos atravesar, a pura conciencia, por la experiencia del artilugio. El arte desafía los límites de la credibilidad y lo verosímil pero es siempre una construcción ilusoria, aun cuando ciertas obras parecieran respirar. En el arte, nada es tan interesante como aquello que no es lo que parece; un terreno donde es casi evidente que somos presa de un hechizo que nos conquista. A lo largo de la  historia, dependiendo mucho del capital simbólico reinante, el imaginario social vigente en cada período y todo lo que hace al contexto social y cultural, los artistas buscaron acentuar o develar los recursos aplicados para crear esa ilusión.
 
Artilugio es una instalación de carácter sitio específico pensada especialmente por la artista plástica Mariana Allievi para Una Obra Un Artista. Un trabajo que se apoya en dos pilares: por un lado, se busca potenciar las posibilidades que ofrece un micro espacio cerrado, sin posibilidad alguna de acceso y recorrido por parte del espectador y por otro, un guiño a algunos de esos recursos formales utilizados históricamente que refuerzan o ponen en evidencia -dependiendo de dónde se lo mire- el mecanismo del trompe l´oeil. Para ello, la artista genera un sendero que se va complejizando a medida que las pinturas penetran en el espacio alejándose de la vidriera y se proyectan hacia el fondo de la pequeña sala, creando una suerte de punto de vista ideal que busca acercarse a esa perspectiva artificial que ubica la mirada del espectador en un punto de observación absolutamente privilegiado para “recibir” el impacto de la obra. Lo interesante es cómo, al movernos apenas unos centímetros, la pérdida de ese punto de visión jerarquizado del todo, desdibuja el planteo general y vemos, finalmente, lo que es, más allá de lo que representa: vemos pintura.
 
Mariana Allievi pinta imágenes de naturalezas imposibles, escenarios fuera de foco, veladuras que siempre insinúan un espacio otro que se nos escapa. Y cuando no le alcanza con perforar el plano de la tela, hace jirones sus propias pinturas y las convierte en una enorme trama textil, densa desde la carga matérica, flexible desde sus posibilidades plásticas y liviana desde su percepción visual. Tejidos de colores que respetan una paleta acotada pero están repletos de destellos luminosos, crean una superposición de capas tridimensionales que se despliegan en el interior de la vidriera. Una instalación que, paradójicamente, no puede ser recorrida ni transitada salvo por la mirada y donde el espectador, ante un espacio vedado en su acceso, debe elegir dónde se ubica para hacer foco en el punto más cercano a la perspectiva, o si decide quedarse en los márgenes y explorar la materialidad pura de la obra que se vuelca sobre el vidrio como una telaraña.
 
Ver y creer ver aquello que no estoy viendo, se entrelazan en un juego que me fascina cuando está bien jugado. El arte hace uso de la mentira porque puede hacerlo, porque es parte de su encanto. Lo único verdadero y lo que realmente trasciende son las emociones que agita, en el artista y en el espectador, el Artilugio.

Postales del otro lado

MUSEO DE ARTE CONTEMPORÁNEO
Junín 2019